17 de octubre de 2011

La escuela II

El año 1958 no fue año bisiesto,pues el viernes día veintiocho de febrero en el cuaderno número veinticuatro, tengo el último escrito del Castigo.
El sábado día uno de marzo ya no aparece. El escrito del castigo dice que los jueves y sábados nos íbamos a casa a comer.
En aquellos tiempos los jueves por la tarde no había escuela, los sábados si que había escuela, dábamos la asignatura de la historia sagrada, también catecismo, el Catecismo del Padre Astete, cuándo tocaba catecismo doña Gregoria nos mandaba poner en fila, por orden, la primera la que tenía mejor nota, a continuación la segunda, la tercera ... podía ocurrir que doña Gregoria preguntase a una niña que no se sabía la respuesta, después a otra y a otra... hasta que una niña contestaba correctamente, entonces pasaba delante de las que no habían sabido contestar bien, Yo era de las primeras y me sabía las preguntas y las respuestas, de tanto repetirlas claro.
Como era marzo ya estábamos en tiempo de Cuaresma y no había baile, pero la Pascua de Resurrección estaba próxima y aunque no lo recuerdo bien estaríamos cerca del salón del baile y tal vez se abriría la puerta del salón el algún descuido y nos colaríamos a sabiendas de que nos podía caer otro castigo o sencillamente ya se nos había olvidado...

También desde Palma, a diecisiete de octubre de 2011.

20 de septiembre de 2011

La escuela I


Sé que Valtiendas no es el ombligo del mundo, pero es mi punto de referencia; la familia, los vecinos, las niñas y los niños de mi edad, la gente en su conjunto. También los lugares; la plaza, la iglesia, la escuela, ahí estaba doña Gregoria, que estuvo dos generaciones largas educando a las niñas de Valtiendas.

Aunque escribiré cosas importantes y bonitas al menos para mí, hoy os diré que la obediencia y la disciplina eran obligatorias como veréis.
Andaba yo estos días recordando que la señora maestra nos castigó a escribir en el cuaderno un escrito porque la habíamos desobedecido. Decía yo en casa que me acordaba del contenido del escrito y que debía de ser por Santa Águeda.
Marcelita me dice, mamá voy a sacar tus cuadernos - que llevan medio siglo guardados - y en efecto en el cuaderno número 23, el día seis de febrero de 1958, aparece los siguiente:

"CASTIGO

La señora maestra nos ha dicho muchas veces que las niñas no tenemos que ir al salón cuando hay baile cosa prohibida por las leyes morales a los menores de dieciséis años.
También nos tiene prohibido bailar con los niños o jugar o dejarnos acompañar de ellos.
Yo Concha Melero la he desobedecido y no he oído sus buenos consejos con lo que la he disgustado, ha formado mal concepto de mi y de mis padres si me lo consienten y no la ayudan en mi formación moral. Además me ha castigado a mi y a otras niñas que también la han desobedecido a escribir esto en mi cuaderno todos los días menos los jueves y los sábados durante el tiempo en que las otras niñas que se han portado bien van con sus conciencias tranquilas a sus casas a comer."


En Palma a, diecinueve de septiembre de dos mil once.

Concha.

26 de julio de 2011

Festividad de Santiago Apóstol

Os he contado alguna vez que en Valtiendas los domingos de verano se decía que eran viejos, no sé si era una prerrogativa de la Iglesia o de la autoridad competente, para poder trabajar en las tareas del campo, las tareas que eran sí que las conocéis... Eso sí, había que ir a misa que era misa rezada, no cantada, y por lo tanto era corta.

San Pedro, Santiago, Nuestra Señora de la Asunción y San Roque sí que eran festivos. Bueno pues el día de Santiago las familias merendaban en la bodega o al menos yo recuerdo ver subir a las familias con las viandas en la cesta. Nosotros merendábamos en casa, a la abuela Josefa no le gustaba subir a la bodega.

La merienda era bonito de lata a granel - que vendía la señora María- acompañado de huevo duro, cebolla, pimiento verde, sobria pero singular.

Después quedaba el baile en la plaza, el tio Primo y su hijo amenizaban la tarde.

Un recuerdo para ellos,

En Palma a, 24 de julio de 2011


Firma, Concha.

5 de junio de 2011

Albarrán, alegrías y desencanto...

Mercedes y yo convinimos ir a Valtiendas en el albarrán el martes día 19 de mayo, aunque ya sabíamos que había dejado de dar servicio a Valtiendas, los motivos los desconocemos.

Llegamos a Mendez Álvaro, nos acercamos a la taquilla y pedimos cada una un billete para Sacramenia. El trayecto fue normal -sin bocadillo-al llegar a Sepulveda entra el coche de línea hasta el espacio donde tiene la parada y se apean cuatro personas, da un giro y vuelve sobre sus pasos a coger la carretera en dirección a Peñafiel. Después de 25 o 30 kilómetros llega a Fuentesoto y a la salida del pueblo hace un giro y vuelve a desandar lo andado y enfila en dirección a Valtiendas.
La alegría que sentimos Mercedes y yo fue inmensa, a punto estuvimos de ponernos a saltar y aplaudir, pero ni la joven pasajera ni el conductor se percataron. Llegar a Valtiendas en el albarrán era mi ilusión cumplida, real no virtual.
El jueves día 19, que volvíamos a Madrid, nos acercamos a la parada para ver pasar al coche en dirección a Peñafiel y, decepción, no pasó.
Así que a las tres de la tarde Pepe Galindo nos acercó al empalme con una impotecia apenas controlada por nuestra parte.

Al pagar el billete le digo al conductor que nos ha dado plantón y me contesta que sólo pasa los martes por Valtiendas! por Dios, si sólo se tardan cinco minutos en bajar y volver a subir! escaso espíritu de solidaridad ante la petición de los vecinos de Valtiendas para compartir el servicio del coche de línea.

Escrito y sentido desde Palma a dos de junio de dos mil once.

22 de marzo de 2011

El albarrán

En los años cincuenta, Valtiendas perdió la oportunidad y el derecho de estar comunicada con Madrid y Peñafiel. Claro, que quienes estuviesen en el tema no tenían ni idea de que muy pronto la mayoría de los valtiendanos y valtiendanas nos íbamos a ir a Madrid a buscar trabajo y que tendríamos que ir al empalme de Fuentesoto a coger el albarrán, con la maleta, andando o con el burro, o en el carro y más tarde en el coche de algún familiar.

Algunos tardaron muchos años en volver, otros lo hacíamos a menudo. Con el tiempo se empezaron a comprar coches y ya no hacía tanta falta el albarrán.

Pero ahora nos vamos haciendo mayores y puede ocurrir que sea más cómodo y seguro el coche de línea, el albarrán, también es una buena opción para ir a Peñafiel a hacer la compra u otras gestiones.

Así que es una buenísima noticia que el albarrán pase por Valtiendas. El día veintidós de marzo que es San Bienvenido Obispo según el santoral, debe ser un día señalado para todos nosotros.

Si yo estuviera en Madrid, esta mañana habría ido a la estación de Méndez Álvaro a coger el albarrán, junto a Miguel, Mercedes, Carlos, Pepe, Marcela y demás pasajeros.

Con un bocadillo de jamón para comerlo al pasar por Buitrago. No habría parado de hablar durante el viaje, por ejemplo del primer viaje que hice a Madrid con la prima Bea, fue después de las vendimias gracias al dinero que ganamos vendimiando para el tio Modesto.

A todos los que hayáis ido hoy a Valtiendas en el coche de línea y a los que salgáis a verlos llegar, ¡felicidades!, a mí me reserváis un asiento.

Pero mejor, ¡espere señor conductor! ¡no arranque que estoy llegando!


Escrito en Palma a, veintidós de marzo de dos mil once, Concha