20 de septiembre de 2011

La escuela I


Sé que Valtiendas no es el ombligo del mundo, pero es mi punto de referencia; la familia, los vecinos, las niñas y los niños de mi edad, la gente en su conjunto. También los lugares; la plaza, la iglesia, la escuela, ahí estaba doña Gregoria, que estuvo dos generaciones largas educando a las niñas de Valtiendas.

Aunque escribiré cosas importantes y bonitas al menos para mí, hoy os diré que la obediencia y la disciplina eran obligatorias como veréis.
Andaba yo estos días recordando que la señora maestra nos castigó a escribir en el cuaderno un escrito porque la habíamos desobedecido. Decía yo en casa que me acordaba del contenido del escrito y que debía de ser por Santa Águeda.
Marcelita me dice, mamá voy a sacar tus cuadernos - que llevan medio siglo guardados - y en efecto en el cuaderno número 23, el día seis de febrero de 1958, aparece los siguiente:

"CASTIGO

La señora maestra nos ha dicho muchas veces que las niñas no tenemos que ir al salón cuando hay baile cosa prohibida por las leyes morales a los menores de dieciséis años.
También nos tiene prohibido bailar con los niños o jugar o dejarnos acompañar de ellos.
Yo Concha Melero la he desobedecido y no he oído sus buenos consejos con lo que la he disgustado, ha formado mal concepto de mi y de mis padres si me lo consienten y no la ayudan en mi formación moral. Además me ha castigado a mi y a otras niñas que también la han desobedecido a escribir esto en mi cuaderno todos los días menos los jueves y los sábados durante el tiempo en que las otras niñas que se han portado bien van con sus conciencias tranquilas a sus casas a comer."


En Palma a, diecinueve de septiembre de dos mil once.

Concha.

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