19 de noviembre de 2008

El Buche. II Parte.


La comida del buche era cebada mezclada con paja de cebada y de trigo, la de trigo es más dura, los granzones (granza grande formada por los nudos duros de la paja) no se los comía y se aprovechaban para encender la lumbre, aunque no todos, el resto se tiraba al suelo para que el burro durmiera mas mullido, y no en el suelo directamente.

En el pesebre también había siempre una bola de sal que el buche lamía para no pasar sed durante la noche, o al menos eso decían los mayores cuando preguntábamos. Había que llevarle a beber agua al pilón tres veces al día por la mañana al medio día y por la tarde al anochecer. También comía alcacel (dícese de la cebada antes de dorarse). El abuelo sembraba alcacel en el huerto, donde no llegaba el agua de la regadera, y en un trozo de terreno al lado de la carretera.

En primavera, cuando florecían las mielgas a las orillas de los caminos, también se decía revíllas, segábamos las mielgas con la hoz porque eran duras para arrancarlas o porque segadas volvían a crecer antes, la mielga era un bocado exquisito para las bestias, así como las espigas de la cebada que quedaban en el rastrojo después de segar.

Casi cada día había que bajar la paja del pajar, que estaba donde hoy llamamos la lagareta, hasta casa, siempre sorteando los cantos de la ladera para no caer rodando, el medio de transporte era un saco lleno de paja a la espalda, con lo cual, si hacía viento, con aquel volumen y la espalda tan pequeña la cosa se complicaba.

Hasta aquí parte de las obligaciones que adquirimos los mas pequeños con la llegada del Buche a casa. Al principio decía yo que era el primer burro que teníamos, pero creo que la abuela Marcela ya había tenido antes ganado porque si no, ¿qué hacía la cuadra dentro de la casa?.

Y además está el dicho que tantas veces hemos oído decir, ese de doña Martina cuando pedía el burro a su vecina la sra. Marcela .-para ir a Tejares a llevar a su hjjo al coche de línea,-y decía: "sra. Marcela, qué falta me hace un burro", y la sra. Marcela le decía: "sí, pero que lo cuide otra."

2 de noviembre de 2008

Todos Los Santos y los Fieles Difuntos

Ayer día uno de noviembre fue el día de Todos los Santos y hoy es el día de los Fieles Difuntos, son días de recuerdo de nuestro difuntos, de asistir a misa, al cementerio y llevar flores.

Hoy he hablado con la prima Concha y me ha dicho que ayer estuvo en el Cementerio y que puso flores en la lápida de los abuelos. Le he preguntado algunas cosas de estos días que tenía confusas en mi memoria, por eso me decido a escribirlo aquí y ahora.

El día de Todos los Santos era obligación el ir a misa, ya hacia mucho frío y había que ir abrigado, aunque no había mucho abrigo…
La Iglesia se llenaba de feligreses y con las velas y los cirios encendidos se caldeaba el ambiente. El Día de Todos los Santos era singular, cada madre con un cierto nivel económico tenía su sitio en la Iglesia con su reclinatorio, su hachero, cirios y un tapete con motivos religiosos hechos a punto de cruz. Este día llevaban las madres aludidas pan de hogaza o bodigo, a la Iglesia, no sé si el Sr. cura lo bendecía, al final de la misa alguien recogía el pan y el bodigo y en una cesta lo llevaban por la portada de la huerta, que está como antaño y pertenece a la casa del Sr. cura.
Ya estábamos los chiquillos en fila esperando. Nos daban un trozo a cada uno, podía tocarte pan o bodigo, si era con pico eras afortunada, te ibas corriendo a casa para enseñárselo a madre.

Esa noche tocaban las campanas a intervalos cortos, eran toque a clamor, daba miedo, yo recuerdo que pasábamos la tarde en la sala de abajo alrededor del brasero y como la Iglesia estaba tan cerca se oía fuerte.
Me dice Concha que tocaba las campanas el Mayordomo de la Cofradía de la Vera Cruz, con la ayuda del Sr. Sacristán, también los mozos participaban.
Nuestra madre nos aseaba, primero calentaba la mencionada sala con el brasero, ponía la alambrera y allí calentaba la ropa interior, mientras nos lavaba con agua caliente que ponía en la palangana.

Ella no iba a misa porque no tenía bata de los domingos, ni sitio, ni reclinatorio, ni tiempo.
Después sí tuvo falda y reclinatorio y tiempo. El hachero y los cirios no le hicieron falta porque tuvo a su madre y su madre política hasta que desaparecieron reclinatorios, hacheros, cirios, velas y tapetes y llegaron los bancos, mucho más democráticos.
No recuerdo si había más actos religiosos o Lúdicos.

De noviembre se dice:
Dichoso mes que empieza con los Santos
y acaba con San Andrés.

La buena vela de los Santos a las Candelas.

Hachero. Candelero, candelabro, cirial, tenebrario, blandón
Bodigo. Panecillo hecho de la flor de la harina, que se suele llevar a la iglesia por ofrenda.