El día quince de marzo, San Raimundo de Fitero Obispo, era el Cumpleaños de nuestro padre, el abuelo Raimundo. No recuerdo, cuándo eramos niños, si se deseaba un buen día y el Feliz Cumpleaños, o si se tiraba de las orejas, con un tirón por cada año cumplido.
Sí, claro que sí, según voy escribiendo me acuerdo, con doña Gregoria, la maestra, aprendimos a hacer Felicitaciones, como las de ahora, consistía en arrancar una hoja del cuaderno, esta la cortabas por la mitad y se doblaba, por fuera dibujabas un flor, un pájaro, algo bonito y se pintaba de colorines, por dentro escribías cosas como estas:
Esta mañana temprano
cantaban las golondrinas
y en su cántico decían
que pases un buen día.
o esta otra...
Si tuviera mil pesetas
contigo las partiría
pero como no las tengo
te felicito los días.
Mi recuerdo no alcanza a si se lo deseabamos a los padres o solo era cosa de pequeños.
Si era para los padres, teníamos mucho trabajo en estos días, porque el día diecinueve, San José, era el Santo y el Cumpleaños de nuestra madre, la abuela Josefa. A ella era más fácil llegar a darle un beso o un tirón de orejas por cada año que tenía.
Era infinitamente feliz cuando más tarde en el tiempo , podía invitar a tomar chocolate a sus vecinas e hijos, que siempre había alguno para ayudarla a hacer el chocolate. Ella nos dejó el legado de hacer chocolate cuando algún familiar cumple años.
Sí, claro que sí, según voy escribiendo me acuerdo, con doña Gregoria, la maestra, aprendimos a hacer Felicitaciones, como las de ahora, consistía en arrancar una hoja del cuaderno, esta la cortabas por la mitad y se doblaba, por fuera dibujabas un flor, un pájaro, algo bonito y se pintaba de colorines, por dentro escribías cosas como estas:
Esta mañana temprano
cantaban las golondrinas
y en su cántico decían
que pases un buen día.
o esta otra...
Si tuviera mil pesetas
contigo las partiría
pero como no las tengo
te felicito los días.
Mi recuerdo no alcanza a si se lo deseabamos a los padres o solo era cosa de pequeños.
Si era para los padres, teníamos mucho trabajo en estos días, porque el día diecinueve, San José, era el Santo y el Cumpleaños de nuestra madre, la abuela Josefa. A ella era más fácil llegar a darle un beso o un tirón de orejas por cada año que tenía.
Era infinitamente feliz cuando más tarde en el tiempo , podía invitar a tomar chocolate a sus vecinas e hijos, que siempre había alguno para ayudarla a hacer el chocolate. Ella nos dejó el legado de hacer chocolate cuando algún familiar cumple años.
Concha
Dado en Palma, a 15 de marzo de 2010.
Dado en Palma, a 15 de marzo de 2010.
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