Hace pocos años cambiaron las cañerías que llevan el agua a la fuente
desde donde mana.
Va bordeando la ladera por donde se halla la huerta de
la Matilde, hasta que llega a la fuente y su pilón, ya sabéis que está
cerquita de la plaza.
Con las tuberías nuevas no se pierde el agua, de ahí que los caños echen
mas agua y al ir la canalización más profunda el agua sale fresquita,
el pilón está limpio y el agua clara y a rebosar.
Con un sencillo
dispositivo el agua continúa canalizada hasta aparecer en lo que antes
era el arroyo y se va perdiendo poco a poco.
Esta obra es cosa de los hombres de Valtiendas que van de obreriza con
voluntad y tesón -nuestro reconocimiento.
El año que viene espero hacer
el camino paso a paso desde el manantial hasta la fuente y el pilón y me
echaré un trago de agua del caño para celebrarlo.
Este verano he tenido la oportunidad y la he aprovechado, de ver jugar a
niñas en el pilón a echarse agua unas a otras. Las más atrevidas,
dentro del pilón, tiran agua a manos llenas a toda la que se acerca con
la inteción de calar a la de al lado, se aleja corriendo para librarse
del remojón que otra intenta propinarla y así, de una manera u otra,
todas reciben su chapuzón y mientras, chapotean, ríen y gritan de
alegría.
El juego transcurre bajo la atenta mirada de unas jóvenes que
no las pierden de vista. Al final se van yendo cada una a su casa
empapaditas de la cabeza a los pies, como una sopa. Sin saber que a mí me
han regalado un rato agradable, pensando que hay juegos que se repiten
exactamente igual aunque pasen lo años.
Desde Palma a 23 de septiembre de dos mil doce.
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