24 de noviembre de 2014

Tiempo de yeros. Segunda parte.

Siesta. Vincent van Gogh. 1890.
Descansos los precisos, para beber agua o vino según el gusto o necesidad de cada uno. Desayunar pronto, fruta o chocolate. Almorzar a media mañana, solía consistir en chorizo en aceite, cinta en aceite o jamón, productos de la matanza que las madres guardaban para estos días. Comer a las doce del mediodía hora solar, creo que actualmente son las catorce horas, cuando la sombra es más corta, te puedes pisar tu sombra. Se comía a la sombra del carro o de un árbol si quedaba cerca pero los árboles eran y siguen siendo escasos en esta gran llanura que es el campo de Valtiendas y el Caserío de San José, que forman parte del páramo entre Segovia y Burgos. La comida tenía que ser contundente, cocido o guiso, se echaba la siesta sin moverse del sitio en el suelo en contacto con la tierra o sobre una manta, en el vado espacio entre surco y surco. La merienda podía ser similar al desayuno.
Si el yeral estaba cerca madrugábamos menos, el burro llevaba las alforjas con la bebida y el almuerzo, dos podían ir montados y los otros andando, a comer volvíamos a casa y la siesta resultaba reparadora.
Yeros y algarrobas cuando estaban entre el color verde y el dorado se arrancaban bien pero si se secaban demasiado y el sol achicharraba las matas se partían y la raíz quedaba dentro de la tierra. Podía darse el caso de algún yeral que sólo se podía arrancar por la mañana temprano porque con el sol se desprendía el grano sólo con tocarlo.
A veces nos encontrábamos en el surco un nido con huevos o con pajarillos recién salidos del cascarón y dejábamos unas matas alrededor para proteger del sol o de cualquier animal y que sus protectores tuvieran el referente. 

Algarrobas y yeros, incluso la paja, se vendían a buen precio, desde las eras se lo llevaban los ganaderos de Logroño y Santander, también compraban el grano labradores de los pueblos cercanos en pequeñas cantidades para las ovejas.
Algarrobas y yeros desaparecieron del campo de Valtiendas cuando se quedó sin gente, también porque no inventaron maquinaria para su recolección.
Comentaros que no he visto cuadros ni fotos de estas que hemos recuperado del pueblo y de la provincia Rememora, que se pueden ver en internet, ni boceto ni película ni documental donde se vea gente arrancando yeros o algarrobas para poder demostrarlo cuando sale la conversación, sí se ven espigando, segando, dando gavillas, acarreando y trillando en la era.

He leído en la prensa de Mallorca del día doce de los corrientes que la recogida de la algarroba va del quince de agosto a Navidad, antaño los pequeños propietarios esperaban los momentos libres para realizar la recogida, actualmente cuentan con la ayuda de gente sin ocupación y se reparten las ganancias. Sea por la crisis o lo que fuere la recolección de la algarroba la efectuan personas que antes pasaban del tema, apenas se comercializa. De la algarroba se extrae el garrofín y de ellos se pueden sacar múltiples derivados destinados a la alimentación, dulces, cosmética, farmacia y poco para la industria. 
Hoy día 15 de noviembre de dos mil catorce pone en la hoja del calendario "Más que cien predicadores importa un murmurador". Pedro Antonio de Alarcón

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